Nuestros huesos están
constituidos por unas células especiales. Cuando nos fracturamos o rompemos un
hueso, estas células actúan reconstituyéndolo: nuestros huesos son pues un órgano vivo. Las células de nuestra
estructura ósea tardan unos 10 años en renovarse por completo.
La dieta sana y el ejercicio físico, una vez más, serán nuestros
aliados en nuestro objetivo por mantener una buena salud ósea. La vitamina D (o vitamina del sol, porque
la absorbemos cuando nos exponemos a la luz solar) que podemos encontrar en el
zumo de naranja y frutas abundantemente es importante para nuestros huesos.
Igualmente importante es el calcio,
que se encuentra en los productos lácteos.
Recordamos que el mantenimiento de hábitos saludables y un
buen estilo de vida durante la niñez y adolescencia tienen una repercusión en
nuestra vida adulta. La ausencia o
falta de actividad física y una dieta no saludable son dos claros determinantes
de enfermedades cardiovasculares y otras. Es alto el riesgo de desarrollar
patologías como la resistencia a la insulina, alteraciones del perfil lipídico,
hipertensión u obesidad.
Nuestros chicos estuvieron varias
clases reflexionando sobre la importancia de crecer teniendo hábitos
saludables, la relevancia de conseguir una estructura ósea fuerte y lo que
influye en su calidad de vida actual y futura. Entre otras cosas, hicieron
modelos o maquetas de huesos y pusieron a prueba su resistencia con algunos
libros. También tuvieron la grata experiencia de visualizar pequeños fragmentos
óseos a través del microscopio.
¡Misión superada, astronautas! No os olvidéis de poner al día vuestro diario de misión.
BIBLIOGRAFIA
Casajús, J.A &
Vicente-Rodríguez, G. (2011). Ejercicio
físico y salud en poblaciones especiales. EXERNET. Madrid. Consejo Superior
de Deportes.
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